La última carta que te escribí...

“Despierta. El invierno ya se ha ido. Las noches solas ya han llegado a su fin. Te prometí que ya no pasarías una noche en soledad, te prometí que volverías a sonreír, que volverías a brillar. Te escuché cuando con lágrimas en tus ojos me pediste que alguien te amara. Despierta, abre los ojos, quiero que conozcas a alguien” Escuché como una voz pronunciaba estas palabras…

Me levanté de la cama, me asomé por ventana, pero desde el primer instante, sentí algo diferente en mí, sentí paz, sentí como la tranquilidad recorría cada rincón de mi ser, como si una gran carga se fuera desvaneciendo con cada minuto que pasaba, con cada segundo que transcurría sentía como aquel velo que nublaba mi vista se iba cayendo. Ahora veía mejor, ahora observaba la belleza que se postraba delante mis ojos…

“Hermoso amanecer se asoma por mi ventana, el calor de tus rayos me acaricia el rostro, creo que atrás han quedado los miedos, las dudas, creo que atrás han quedado los temores a la soledad, a la propia desolación” Pensé mientras trataba de entender que estaba pasando, mientras trataba de descifrar estas emociones que lo único que producían en mi era paz, seguridad y cariño…

Empecé con gran emoción aquel día. Aún no sabía cómo explicarlo, escapaba de mi capacidad el describir la alegría que en mi nacía. Pero, sabía que ese día sería especial, sabía que ese día no sería como los otros, algo en mi interior me hacía saber que nada sería igual, que los días grises y las noches eternas habían llegado a su fin…

Prendí mi computadora, me alisté para lo que había que hacer en aquel día, para la llamada que tendría, sin embargo, nunca imaginé que aquel preciso día, que en aquel preciso momento Dios me permitiría conocer a la persona más hermosa que ha llegado a mi vida, sabes bien que hablo de ti bonita…

Y como cada gran historia, esta no ha sido la excepción… Poco a poco tú fuiste llegando cada vez más profundo en mi corazón, sin planearlo, con cada línea que escribíamos, nos convertíamos en seres más cercanos, con cada palabra que escribíamos, se tendía un puente entre nosotros, un puente que desde el inicio se mostró capaz de superar cualquier barrera de distancia, se mostró superior a cualquier barrera temporal…

Ahora todo tenía sentido, aquellas palabras “Despierta, abre los ojos, quiero que conozcas a alguien” hacían sentido en mi corazón… Mi corazón se empezó a sentir mejor, se empezó a sentir verdaderamente querido, las piezas rotas y desgarradas empezaron a sanar, se empezaron a unir una vez más…

Con cada conversación de la que solamente tú y yo fuimos testigos, hacia que tu nombre se bordara en mi corazón guardando cada recuerdo, cada sonrisa, cada risa, cada broma, cada gesto, cada lagrima removida, cada herida cicatrizada, cada momento que juntos escribíamos con tinta celestial en el diario que nos une…

Sin planearlo, tú me permitiste pasar las mejores risas, tu produjiste en mí las más auténticas y genuinas sonrisas, esas que no nacen en el rostro, sino esas sonrisas que nacen en lo más profundo de nuestro corazón… Sin avisar, me regalaste los mejores recuerdos, me regalaste lo más sublimes y hermosos momentos, con el simple hecho de estar platicando contigo por mensajes hacía que mi corazón sonriera, hacia que mi corazón se sintiera importante y apreciado…

Navidad del 2022 llegó, aquel invierno tocando a la puerta ya no lucía mal, al contrario, se veía emocionante, porqué sería capaz de escribir junto a ti un nuevo capítulo en el libro de recuerdos que nos pertenece a los dos, un libro de recuerdos que tú y yo íbamos escribiendo con cada día que platicábamos, con cada sonrisa dibujada, con cada abrazo dado, con cada llamada que teníamos y que nos escapábamos de este mundo para ir juntos a un lugar especial, a un lugar donde no existen las barreras, a un lugar donde sin importar nuestros idiomas distintos, fuimos capaces de crear un idioma en común, un idioma que solamente tu y yo entendemos, el del aprecio genuino por nuestra amistad que se fortalecía con cada visito a aquel mundo del cual tú y yo fuimos sus artesanos, sus escritores y sus pintores…

Había transcurrido poco más de un año desde aquel magnifico momento, de aquel bello día en donde Dios nos permitió coincidir en nuestro caminar, donde nos otorgó la dicha de cruzar nuestros pasos… Cuando con emoción me compartiste el dibujo de mí y luna, me alegraste el día, me alegraste mi navidad… Me diste el regalo más bonito que jamás alguien me había dado… Créeme, cada vez que veo el dibujo no puedo dejar de sonreír… Había sido la mejor navidad, compartir contigo, crear contigo era magnifico, era hermoso, bueno, siempre lo ha sido, y siempre será hermoso y sublime el compartir contigo y el crear contigo algo…

Recuerdo con mucho cariño cuando con mucho entusiasmo y alegría tú y yo decidimos compartir fotos de nuestra infancia, de aquellos días cuando éramos unos pequeños niños… Me dio mucha ternura ver como lucías de niña…

Y es que así, poco a poco sin pensarlo ni darme cuenta, tu nombre brillaba cada vez más en mi corazón, cada recuerdo se hacía más significante, cada momento a tu lado era espectacular, cada mensaje tuyo me producía una sonrisa, me hacía sonreír…

Cuando pasaron situaciones no bonitas, tú sin dudarlo estuviste conmigo ahí lista para abrazarme, lista para consolarme, para brindarme tu apoyo y cariño…

Viajar a aquel lugar, sabiendo que tú estabas conmigo hizo que ese viaje se convirtiera en el mejor de todos. El salir del trabajo y contarte con emoción cada nuevo descubrimiento, cada nueva cosa aprendida, cada experiencia vivida… El platicar contigo de cada cosa que me asombraba me hacía sentir bien, me hacía sentir tranquilidad…

Hace casi dos años de aquel día tan bonito en el que pudimos cruzar palabras por primera vez, de aquel momento en el cual nos pudimos ver por primera vez… Hace casi dos años del día en el que conocería a la persona más bonita, y te digo bonita por muchas razones… Por tu sonrisa hermosa, por tu corazón tan lindo y dulce, por la alegría que irradias por donde sea que camines, porqué me ayudaste a ver lo mejor de mí, porqué creíste en mí sin dudar ni un segundo… Porqué me haces ver siempre lo más bonito que tiene la vida por ofrecernos, sin importar que grande sea la adversidad…
Hace casi dos años se empezó a forjar en el cosmos ese lazo de amistad que uniría dos culturas, dos idiomas, dos almas, dos personas, ese lazo que poco a poco nos ha unido un más y mejor… Donde cada eslabón es cada una de las llamadas que hemos tenido, donde cada punto de unión son aquellos mensajes donde abríamos un poco más nuestro corazón, de aquellos mensajes de los cuales solamente tu y yo somos testigos…

En estos días que decidí estar un poco de tiempo desconectado de todo lo que me rodea y distrae, decidó reflexionar, a pensar un poco más y mejor… Y reafirmo lo que mi corazón me había dicho ya… En ti encontré a una gran persona, a una gran chica, a una gran amiga, a alguien que me ha enseñado demasiado a ver lo hermoso de la vida, a alguien que me ha ayudado a creer en mí y a abrir mis alas para volar y llevar cada proyecto a las más grandes alturas, a alguien que me ha ayudado a superar cada miedo, cada inseguridad, y es por eso que aprecio mucho nuestra amistad, es por ello que aprecio mucho tu presencia, porque a pesar de los miles de kilómetros que se interponen en nuestro caminos, cada vez que te veo a través de mi pantalla, te siento tan cerca, no en la distancia terrenal únicamente, sino, más importante aún, te siento tan cerca de mi corazón, tan cerca emocionalmente, más que muchas personas que viven a unos cuantos metros de mi…

Creo que he entendido que hay cosas que tal vez no hice bien… Me di cuenta de que mis miedos me hacían actuar de una manera no muy agradable… Te pido perdón por cada vez que te hice sentir incomoda o presionada… Te pido perdón por cada vez que no te entendí en la manera que era necesaria…

No sé qué vendrá en el futuro, no sé qué nos tenga preparada la vida, no sé qué habrá para nosotros a la vuelta del tiempo, pero sólo sé que me encantaría poder seguir escribiendo nuevas memorias a tu lado, seguir dibujando en nuestros rostros nuevas sonrisas, seguir pintando de colores cada día nublado, seguir compartiendo contigo…

Perdona si esta carta es atrevida, pero es puro sentimiento, el tan sólo recordar cada hermoso momento que hemos vivido juntos me hace sonreír, produce en mí las más auténticas sonrisas, porque tú estás ahí a mi lado sin importar que vivamos en diferentes países, y que estos se encuentren separados por un inmenso océano… Porqué a pesar de los miles de kilómetros que hay de distancia, a ti te siento cerca, escucho tu dulce voz en cada mensaje…

Tu amistad es de las cosas más bonitas que tengo en la vida… ¿Seguimos construyendo nuevos puentes de unión y escribiendo nuevas memorias en el diario de nuestra amistad?

Espero por lo menos, podido dibujar en tu rostro una pequeña sonrisa…”

Enviado… 10:00 PM
Leído….

… Y nunca más supe de ti… Así como llegaste de la manera más inesperada, te fuiste sin dejar rastro alguno…