Tiempo atrás escribí sobre el motor de la historia… Planteando que es lo que hace que el mundo gire, que es aquello que nos impulsa a seguir avanzando, cuales son aquellos engranes que hacen que toda la maquinaria de ese reloj que sostiene al universo, y con ello, también a nosotros… ¿Será que todo es un ciclo y que las cosas ya están predeterminadas a ser? ¿Son las condiciones materiales las que le dan el sentido a aquello que escapa de este plano físico, es decir, a nuestras ideas y sentimientos?

Diferentes posturas filosóficas se han planteado respecto a esto… Desde el materialismo se rechaza la idea de que el humano es bueno por naturaleza, debido a que consideran que, no existe tal cosa como “naturaleza humana”, no hay algo intrínseco que venga por disposición “divina”, es por ello qué, un hombre criado por lobos será un lobo…

Este trabajo no pretenden ser un ensayo filosófico, o algo así por el estilo, pues reconozco mi desconocimiento en muchas áreas que se hacen que la vida sea vida, y cada cosa que emana de ella misma…

“No hay “naturaleza humana””. Es un término que se ha sido inventado con fines “morales” … Permítame diferir, y tomarme el atrevimiento desde mi trinchera de refutar un poco tal postura…

Tal vez sea cierto que, no exista un concepto absoluto de “bien”, y que, en consecuencia, de este término surja su semejante para “mal”. Estoy de acuerdo que, esto estará sujeto a la civilización donde aquel individuo se desarrolle, y que, como herencia, pueda adquirir cierto esquema de valores, que le ayuden a construir una moral más propia…

No obstante, el humano es capaz de amar sin saber a priori que eso es “amar” o “amor”, solamente lo siente, solamente lo percibe, solamente lo vive, y con ello, busca los medios dentro de su contexto social para poder demostrárselo a quien está tomando el lugar del “ser amado o amada”…

Una vez que él o ella, han sido capaz de encontrar los objetos que serán usados para empezar a desarrollar aquello que servirá como segundo objeto para demostrar su amor por aquel ser amado o amada, hará que, en consecuencia, este sujeto, impulsado por aquello que vive en su interior, en este caso, espíritu, empiece a querer manifestarse, y quizás lo hará en más de una sola forma o manera…

Una vez, que el espíritu se haya manifestado, conllevará que la voluntad o espíritu del “ser amado o amada” reaccione, y se haga de manifiesto aquello que le mueve…

Marx decía que es la lucha de clases sociales lo que hace que el mundo se mueva, o que la historia camine. Ideas más contemporáneas que sirven de sustento al feminismo sostienen que, lo que ha hecho avanzar a la historia es la lucha de géneros, o entras palabras, que la historia versa sobre la dominación del hombre sobre la mujer a lo largo de su reconocimiento como seres similares, pero no iguales…

Sin embargo, ambas omiten lo primero, el amor… ¿Qué es aquello que te impulsa a levantarte cada mañana cuando sientes que no puedes más? Tal vez, si usted querido lector, tiene hijos, será el amor por sus hijos, o el amor por su pareja; no olvidemos que, el amor propio también nos sirve cómo combustible para movernos, a pesar de que nuestros pies nos impidan caminar…

Si han surgido cambios, del proletariado contra la burguesía, o del género femenino contra aquellos preceptos machistas, es porque hubo una fuerza que los hizo levantarse del sofá… Esa fuerza es el amor… Indudablemente, el amor es el verdadero motor de la vida, el auténtico motor de la historia…

Y en tiempos de crisis, en tiempos duros donde todo parece ir cuesta abajo, es cuando más necesitamos recordar que somos capaces de amar, somos capaces de ser amados… Dostoevsky por medio del Príncipe Muzhkin dijo “La belleza salvará al mundo”, yo quiero adaptar esa frase al mundo actual, “El amor es lo que puede salvar al mundo”.

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